Algunos demócratas que enfrentan la megaley de Trump cuentan sus propias historias sobre Medicaid y otros programas de ayudaEricks Webs DesignEricks Webs Design

Mientras los demócratas se apresuran a definir la ley de política interna e inmigración del presidente Donald Trump, un puñado de candidatos progresistas recurre a sus experiencias personales con programas que ahora enfrentan recortes para dejar en evidencia el amplio alcance de la legislación y apuntar contra los republicanos que votaron a favor de ella.

Randy Villegas, quien se postula contra el representante republicano de California David Valadao en un distrito con una de las concentraciones más altas de beneficiarios de Medicaid en el país, dijo que el programa cubrió la atención prenatal de su madre cuando él nació.

JoAnna Mendoza, de Arizona, agradece a los programas de asistencia del gobierno por permitirle servir a su país como infante de marina.

Y en un distrito cercano al de Mendoza, Deja Foxx, candidata de 25 años que se presenta por primera vez, destaca su historia como hija de una madre soltera para diferenciarse antes de las primarias demócratas del 15 de julio.

“Yo he vivido las políticas que se están debatiendo en Washington”, dijo Foxx a CNN en una entrevista. “Tengo una percepción y un sentido de la urgencia diferentes”.

Para los demócratas, aprovechar las historias personales de las personas afectadas por las políticas a las que se oponen es una estrategia habitual. Esperan convertir la “gran y hermosa ley” de Trump en un lastre político para el Partido Republicano, cuestionando el argumento oficialista de que los afectados por los recortes se niegan a trabajar, cometen fraude o son indocumentados.

Mendoza, quien se enfrenta al republicano Juan Ciscomani, que lleva dos mandatos en el cargo, dijo que la ayuda del gobierno fue fundamental para sus papás, ambos trabajadores agrícolas.

“Creo que lo que más me molesta y lo que realmente me enfada es que existe la sensación de que, de alguna manera, la gente quiere estar en estos programas”, dijo a CNN. “Sé de primera mano lo devastados y avergonzados que debieron sentirse mis padres al tener que acudir a pedir ayuda porque no podían mantener a su familia. Ahora lo pienso como madre”.

Dijo que su campaña ha comenzado a realizar sesiones para escuchar a los ciudadanos en el distrito, en contraste con Ciscomani, quien, según ella, no se ha mostrado accesible a los votantes. La oficina de Ciscomani no respondió a las solicitudes de comentarios. En respuesta a las protestas que le pedían que celebrara más asambleas públicas a principios de este año, el congresista declaró en abril al medio de comunicación local KGUN9 que había asistido a eventos en el distrito y había celebrado una asamblea pública por teléfono.

Durante la campaña presidencial de 2024, los demócratas se apoyaron en personas que compartieron sus experiencias sobre el retraso en el tratamiento de abortos espontáneos o embarazos inviables para destacar el impacto de la decisión Dobbs de la Corte Suprema sobre los derechos reproductivos.

La estrategia ayudó a poner de relieve la cuestión, pero la economía acabó pesando mucho más que el aborto a la hora de decidir el voto de los ciudadanos para la presidencia, con un 32 % frente a un 14 %, según las encuestas a boca de urna de CNN.

En su intento por revertir los avances de Trump entre los votantes de clase trabajadora, los demócratas han hecho hincapié en que los recortes del proyecto de ley en los programas de protección social contribuyeron a financiar la ampliación de los recortes fiscales que benefician de manera desproporcionada a los ricos.

“Necesitamos un mensaje populista económico fuerte que diga que a estos multimillonarios no les importas una mi**da”, dijo Villegas.

Mientras tanto, los republicanos también se apresuran a enmarcar cómo perciben los estadounidenses la nueva ley. El brazo de campaña del Partido Republicano en la Cámara de Diputados dijo en un memorándum publicado tras la aprobación definitiva que habían votado a favor de proporcionar fondos para la seguridad fronteriza, evitar una subida de impuestos y “tomar medidas enérgicas contra el fraude en las prestaciones sociales y restaurar la integridad de Medicaid”.

“Hoy, los demócratas han entregado a los republicanos un arma para consolidar la imagen del partido como alejado de los estadounidenses trabajadores: los demócratas no luchan por ellos”, se lee en el memorándum del Comité Nacional Republicano del Congreso.

Solo un republicano de la Cámara de Representantes en un distrito competitivo votó en contra del proyecto de ley: el representante Brian Fitzpatrick, de Pensilvania.

Legisladores republicanos han argumentado que los cambios ayudarán a mantener los programas para quienes más los necesitan y afirman que solo servirán para que los adultos en condiciones de trabajar se reincorporen al mercado laboral. Sin embargo, demócratas y expertos en políticas de salud advierten que los requisitos expulsarán principalmente a personas que califican para los beneficios, pero que tienen dificultades para verificar con frecuencia su elegibilidad.

Se estima que 11,8 millones de personas podrían perder el acceso a la cobertura de Medicaid en virtud de la nueva ley durante la próxima década, según un análisis del sitio web de políticas sanitarias KFF, debido principalmente a los nuevos requisitos laborales para algunos adultos y a la derogación de las normas del Gobierno de Joe Biden que simplificaban los controles de elegibilidad. El requisito laboral obliga a las personas que no reúnen las condiciones para acogerse a las exenciones a trabajar o realizar labores de voluntariado durante al menos 80 horas al mes.

La legislación también impone nuevos requisitos laborales al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, o SNAP, el nombre oficial de los cupones de alimentos, a los padres con hijos mayores de siete años y a los adultos de entre 55 y 64 años. Esas normas, así como las disposiciones que obligan a los estados a compartir una mayor parte del costo del programa, podrían poner en peligro la asistencia a millones de personas.

“Los republicanos no suelen presentarse a las elecciones defendiendo los programas de prestaciones sociales”, dijo Rob Stutzman, estratega republicano con sede en California. “Creo que es un mensaje central difícil para cualquier candidato”.

Ahora que el proyecto se ha convertido en ley, Stutzman dijo que los republicanos tienen la oportunidad de destacar las disposiciones populares del proyecto, como la que permite a los trabajadores deducir hasta US$ 25.000 en propinas de sus impuestos, y presentar los cambios en Medicaid como un retorno a la política de la era anterior a Biden. En California, concretamente, los republicanos pueden señalar que los líderes estatales han recortado las prestaciones de Medicaid para los migrantes indocumentados en un presupuesto reciente.

“Si yo fuera un candidato republicano, diría: ‘Genial, ese programa sigue existiendo para tus padres, porque tus padres estaban en condiciones de trabajar y trabajaban’”, dijo Stutzman. “Queremos asegurarnos de que este programa se aplique a personas como tus padres y no a personas que no buscan trabajo solo para mantener esta prestación sanitaria”.

Los demócratas, sin embargo, argumentan que son los trabajadores los que se verán perjudicados por los nuevos requisitos. Noah Widmann, candidato en el séptimo distrito congresional de Florida, se presenta contra el representante republicano Cory Mills. Widmann ha hablado de haberse beneficiado tanto de los cupones de alimentos como de Medicaid durante su infancia y ha descrito los requisitos laborales como “trámites burocráticos que dificultan a las personas que cumplen los requisitos” obtener atención médica.

“Al final, aunque solo le pase a una familia, si a una familia le quitan la asistencia sanitaria y la comida, está mal”, afirmó.

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