Las encuestas muestran que los estadounidenses quieren un tercer partido, pero no el de Elon MuskEricks Webs DesignEricks Webs Design

Uno de los personajes más impopulares en la escena política estadounidense dice que lanzará un nuevo partido político para enfrentarse a demócratas y republicanos. Probablemente fracase.

Esa es la única conclusión que puede sacarse de los datos sobre Elon Musk y su nuevo “Partido de Estados Unidos”.

Mira la nueva encuesta de CNN sobre Musk y sus aspiraciones políticas: solo el 25 % de los adultos y el 22 % de los votantes apoyan la idea de un tercer partido liderado por Musk para competir contra demócratas y republicanos.

La gran mayoría de los adultos (74 %) y los votantes (77 %) se oponen a ese proyecto.

La encuesta de CNN no es la única sobre el tema. La Universidad Quinnipiac también preguntó esta semana por el partido de Musk y los resultados fueron igual de devastadores: solo el 17 % de los votantes consideraría unirse a Musk en su intento de competir con los dos grandes partidos.

Más de tres cuartas partes (77 %) se manifestaron en contra.

Y en realidad no debería sorprender que los estadounidenses rechacen un partido que dice hablar en su nombre.

La historia no ha sido muy generosa con los terceros partidos, los candidatos independientes o las opciones por escrito que buscan sacudir el panorama político. George Washington ha sido el único independiente que ha ganado una elección presidencial, y lo hizo antes de que existieran formalmente los partidos políticos en el país.

Y, hasta donde sabemos, Musk no cruzó el río Delaware al frente del Ejército Continental durante la revolución estadounidense. (Tampoco es elegible para postularse a la presidencia, ya que nació en Sudáfrica).

El último candidato de un tercer partido que ganó un estado en una elección presidencial fue George Wallace, de Alabama. Fue hace tanto (1968) que ni siquiera habíamos llegado a la Luna.

Musk, con algo más de estrategia, parece más interesado en competir con demócratas y republicanos en elecciones al Congreso que en postular a un candidato presidencial.

El historial de terceros partidos, independientes o candidatos por escrito en ese terreno tampoco es muy alentador. Según mi recuento, ha habido poco más de 13.000 elecciones al Congreso desde 1970. De ellas, candidatos ajenos a los dos grandes partidos han ganado unas 24.

Eso representa aproximadamente un 0,2 %, para quienes llevan la cuenta en casa.

Los senadores Angus King, de Maine, y Bernie Sanders, de Vermont, representan más de la mitad de esos casos exitosos.

Una matemática tan desalentadora hace que uno se pregunte por qué alguien dedicaría tiempo a escribir sobre el posible partido político de Musk.

La respuesta es: dinero. Muchos terceros partidos fracasan porque no logran difundir su mensaje.

Ese no sería un problema para el partido de Musk, considerando que es uno de los hombres más ricos del mundo. Pero el dinero no lo es todo.

El empresario Ross Perot tenía mucho dinero, lo que lo ayudó a obtener casi el 20 % del voto popular en las elecciones presidenciales de 1992. Aun así, no logró ganar ningún estado como candidato independiente. Sin embargo, ese resultado lo llevó a fundar un tercer partido.

Y empezó desde una posición política mucho más favorable que la de Musk. Aun así, su Partido de la Reforma tuvo un éxito muy limitado. Su punto máximo fue cuando Jesse Ventura ganó la gobernación de Minnesota en 1998 bajo esa bandera.

Hoy en día, pocos recuerdan al Partido de la Reforma.

En 1993, el 50 % de los estadounidenses apoyaba un tercer partido fundado por Perot, según encuestas de CNN. Solo el 37 % se oponía. Eso contrasta fuertemente con los tres cuartos que actualmente están en contra del partido de Musk. Además, Perot, en 1993, tenía una imagen netamente favorable en sondeo tras sondeo.

La posible buena noticia para Musk es que, en teoría, el terreno político es hoy tan fértil para un tercer partido como en cualquier otro momento reciente.

Nuestra encuesta de CNN mostró que el 63 % está a favor de uno que enfrente a demócratas y republicanos.

El problema es que Musk no es la persona indicada para liderar ese proyecto. Es, como dije al principio, una de las figuras políticas más impopulares del país. La encuesta de CNN sitúa su imagen favorable en apenas un 23 %. Más del doble (60 %) tiene una opinión desfavorable de él.

Eso le da a Musk una imagen neta negativa de -37 puntos porcentuales. Ouch.

Otras encuestas no son tan duras con el fabricante de autos eléctricos y cohetes, pero todas coinciden en que está lejos de ser una figura querida.

Lo triste es que Musk alguna vez fue bastante popular. Durante la campaña de 2016, su imagen neta favorable alcanzó los +29 puntos en una encuesta de Bloomberg.

Era la figura con mejor imagen neta entre todos los encuestados. Hoy, con frecuencia, es la persona menos popular en cualquier sondeo.

Su caída no ocurrió de la noche a la mañana. Ha sido un proceso de varios años que se aceleró cuando entró en la arena política. Los problemas de Musk se dispararon tras su “divorcio” con el presidente Donald Trump.

En resumen, cuanto más ven los estadounidenses a Musk en la política, menos les gusta.

Su impopularidad convierte el ya difícil reto de crear un tercer partido en una tarea titánica.

The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.