Qué les dice Powell a sus aliados mientras Trump lo presiona para que renuncieEricks Webs DesignEricks Webs Design

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dicho a varios de sus socios y aliados que no hay ninguna posibilidad de que ceda ante las exigencias del presidente Donald Trump de que renuncie, y ha prometido resistir varios meses más la presión sin precedentes y desde múltiples frentes por su negativa a bajar las tasas de interés.

Powell ha argumentado en privado que debe permanecer en el cargo no solo por razones personales: el destino de su presidencia está ahora vinculado a la independencia de la Reserva Federal, según personas familiarizadas con las conversaciones. Ha señalado que dimitir ahora socavaría la histórica autonomía de la institución frente a la interferencia política.

“Siente muy firmemente que su responsabilidad es mantener esa independencia”, dijo el senador republicano Mike Rounds, quien ha preguntado personalmente a Powell si podría renunciar. “Le he preguntado, y él me dijo que no, que eso reduciría la independencia de la Reserva Federal”.

La determinación de Powell de cumplir su mandato hasta mayo de 2026 garantiza que seguirá siendo blanco de los ataques de la Casa Blanca, que ha intensificado la presión para que la Junta de la Reserva Federal baje las tasas de interés. Ese esfuerzo coordinado ha puesto a la tradicional toma de decisiones del banco central bajo intenso escrutinio y ha generado nuevas preocupaciones sobre las consecuencias económicas de manipular la política monetaria con fines políticos.

Powell, un economista de bajo perfil que trabajó en el Gobierno de George H.W. Bush, se ha ganado la reputación de ser un funcionario apartidario que basa sus decisiones en datos, según quienes han trabajado con él. Su distanciamiento de la política cotidiana, a pesar de sus inclinaciones de conservador moderado, le ayudó a obtener apoyo bipartidista en el Senado cuando Trump lo designó en 2017.

Sin embargo, el enfoque sencillo que atrajo a Trump en su primer mandato se ha convertido en un punto en contra. El presidente se ha irritado en varias oportunidades por la negativa de Powell a sumarse a sus llamados para que baje las tasas. La personalidad estoica de Powell tampoco ha ayudado a mejorar la relación.

“Creo que es terrible”, dijo Trump este mes. “Es como hablar con una silla. No tiene personalidad”.

Trump ha intensificado sus críticas en las últimas semanas, al afirmar abiertamente que espera la renuncia de Powell, acusarlo de intentar perjudicar su presidencia y al insultarlo casi a diario. Trump le ha dicho “estúpido”, “imbécil” y “sin duda” uno de sus peores nombramientos.

Estos ataques han sido amplificados por asesores y aliados cercanos de Trump, quienes han llegado a difundir rumores infundados sobre la inminente renuncia del presidente de la Fed. En las últimas semanas, la Casa Blanca ha dedicado mucho tiempo a destacar el costo de un proyecto de renovación en la Fed, ha iniciado investigaciones sobre los sobrecostos del proyecto de US$ 2.500 millones y ha sugerido que podría ser motivo de despido.

El jueves, Trump intentó presionar en una visita a la Fed para recorrer las obras, donde Powell lo acompañó personalmente. El presidente de la Fed se quedó de pie mientras Trump abogaba por recortes de tasas, y en un momento dado, riendo torpemente, el presidente le dio una palmada en la espalda y dijo que le encantaría que bajara las tasas de interés.

“Solo quiero que suceda una cosa”, dijo Trump más tarde. “Los tasas tienen que bajar”.

A pesar de las críticas, Trump reiteró que no planea destituir a Powell, ya que sus asesores le han advertido que eso podría afectar negativamente a los mercados financieros y provocar una crisis económica.

En cambio, Trump y sus asesores han buscado hacer el mandato de Powell lo más difícil posible para socavar su credibilidad y, potencialmente, forzarlo a renunciar. Los aliados de Trump han centrado sus críticas en el costoso proyecto de renovación, argumentando que pueden aumentar la presión pública sobre Powell al contrastar el gasto con las dificultades de los estadounidenses para comprar una vivienda, algo que, sostienen, podría aliviarse si se bajaran las tasas de interés.

Un portavoz de la Junta de la Reserva Federal declinó hacer comentarios al respecto, remitiendo a CNN a las declaraciones públicas previas de Powell sobre su intención de cumplir su mandato.

Sin embargo, a pesar del furor proveniente de la Casa Blanca, Powell ha indicado a sus allegados que mantendrá un perfil bajo. Públicamente, se ha centrado exclusivamente en llevar a cabo la labor de la Fed, estableciendo la política monetaria sin considerar las repercusiones políticas.

Este enfoque pareció dar sus frutos, al menos temporalmente, el jueves, cuando Trump se retractó de su retórica más dura tras una conversación con Powell durante la visita de construcción de la Fed, que describió como una “conversación muy productiva”.

“Siempre están los críticos de los lunes por la mañana, no quiero ser eso”, dijo Trump después, al negarse a criticar las renovaciones que él y sus asesores habían descrito previamente como un escándalo. “Se salió de control, y eso es algo que pasa”.

Es posible que la distensión no se mantenga por mucho más tiempo, ya que se espera que la Fed mantenga estables los tipos de interés la próxima semana y retrase cualquier cambio de política hasta otoño. Es probable que esta decisión enfurezca a Trump, quien se ha obsesionado con recortar los tipos de interés como una forma de impulsar aún más la economía antes de las elecciones intermedias del próximo año.

Pero tanto en privado como en público, Powell ha restado importancia a las implicaciones políticas, haciendo hincapié en la necesidad de atenerse únicamente a las consideraciones económicas que han guiado a la Fed durante mucho tiempo.

“La mejor defensa para la Fed es acertar con la política monetaria”, dijo Bill English, profesor de Yale y exdirector de la división de asuntos monetarios de la Fed. “Lo siento por él, pero lo mejor que puede hacer en este momento es mantenerse firme y hacer el mejor trabajo posible en política monetaria”.

Fuera del círculo de Trump, la determinación de Powell de terminar su mandato ha sido elogiada por demócratas, incluidos aquellos que lo criticaron durante el Gobierno de Biden por mantener las tasas altas para combatir la inflación. Exfuncionarios han cerrado filas en torno a él, preocupados por las consecuencias de una posible renuncia.

En aquel momento, la insistencia de Powell en mantener las tasas altas durante más tiempo en busca de un supuesto aterrizaje suave de la economía generó consternación entre algunos miembros de la Casa Blanca de Biden y del Partido Demócrata en general, quienes temían que esta estrategia llevara al país a una recesión.

Sin embargo, desde entonces, los exfuncionarios le han dado su apoyo, preocupados por las posibles consecuencias si Powell decide dimitir

“Está poniendo la integridad de la institución por encima de sí mismo”, dijo Jared Bernstein, exjefe del Consejo de Asesores Económicos de la era Biden. “Si yo fuera un hombre de 72 años al que el presidente maltrata verbalmente todos los días, la jubilación me parecería atractiva. Pero creo que Powell está comprometido con la protección de la institución”.

En cuanto a los republicanos, algunos legisladores han pedido a la Casa Blanca que modere sus críticas, argumentando que beneficiará más a Trump si Powell baja las tasas sin presión política. Hasta entonces, confían en que Powell cumpla su palabra.

“La gran mayoría de los miembros del Senado son lo suficientemente inteligentes como para saber el impacto que tendría en los mercados cualquier sospecha de que la Junta de la Reserva Federal está siendo coaccionada”, dijo el senador Rounds. “[Powell] está en la posición correcta. Es una posición difícil, pero lo respeto por la postura que ha tomado”.

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