Récord de casos de sarampión desde que la enfermedad fue declarada erradicada en Estados UnidosEricks Webs DesignEricks Webs Design

La disminución de la cobertura de vacunación infantil y un gran brote latente que se desencadenó en una zona del oeste de Texas, una zona con baja cobertura de vacunación, han llevado a Estados Unidos a alcanzar un nuevo y preocupante hito: este año se han registrado más casos de sarampión en EE.UU. que en cualquier otro año desde que se declaró la erradicación de la enfermedad hace un cuarto de siglo.

En 2025 se han registrado al menos 1.277 casos confirmados de sarampión en Estados Unidos, según datos del Centro para la Innovación en la Respuesta a Brotes Epidémicos de la Universidad Johns Hopkins. A mitad de año, el número de casos ya ha superado el último récord de 2019, cuando se registraron un total de 1.274 casos.

Los expertos afirman que es probable que los casos de este año estén muy infravalorados, ya que muchos no se registran. Tres personas han fallecido a causa del sarampión este año: dos niños en Texas y un adulto en Nuevo México, todos ellos sin vacunar, lo que equivale al número total de muertes por sarampión en Estados Unidos en las últimas dos décadas y media.

El sarampión se declaró erradicado en Estados Unidos en 2000, lo que significa que no ha habido transmisión continua durante más de un año seguido. Alcanzar este estatus fue “un logro histórico en materia de salud pública”, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, posible en gran parte gracias al desarrollo de la vacuna. La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), que es la más utilizada, comenzó a estar ampliamente disponible en Estados Unidos en la década de 1970.

Antes de este año, se había registrado una media de unos 180 casos de sarampión al año desde que se declaró la erradicación de la enfermedad, según datos de los CDC.

En 2019, grandes brotes en Nueva York amenazaron el estatus de erradicada. Los brotes se concentraron en las comunidades judías ortodoxas de Brooklyn y el condado de Rockland, que habían sido objeto de campañas de desinformación antivacunas durante años.

Este año, la gran mayoría de los casos de sarampión se han producido en Texas, con más de 750 casos confirmados asociados a un brote que comenzó a finales de enero. Si los casos asociados a ese brote siguen acumulándose hasta enero del próximo año, Estados Unidos podría perder su estatus de eliminación del sarampión.

La mayoría de esos casos —más de 400 desde principios de año— se han producido en el condado de Gaines, según el Departamento de Salud del estado, donde las tasas de vacunación están muy por debajo del nivel recomendado. En el año escolar 2024-25, casi uno de cada cuatro niños de preescolar del condado de Gaines no había recibido la vacuna triple vírica obligatoria, una de las peores tasas del estado.

Decenas de casos en Nuevo México y Oklahoma también se han relacionado con el brote del oeste de Texas, y los casos notificados en Kansas también podrían estar relacionados.

Las clínicas especiales de vacunación que se han creado en respuesta al brote han permitido cubrir a miles de personas más. Muchos de los condados afectados también han introducido directrices de vacunación ampliadas, que permiten a los bebés recibir su primera dosis a partir de los seis meses, en lugar de esperar hasta el año. En Nuevo México, este año se han administrado casi el doble de vacunas MMR que en esta misma fecha el año pasado, según datos del departamento de salud estatal.

Además, un análisis reciente de los registros sanitarios realizado por Truveta, una empresa de datos y análisis sanitarios, muestra que las tasas de vacunación temprana han aumentado entre los bebés de Texas. Las tasas de vacunación MMR entre los niños de 6 meses en Texas este año son más de ocho veces superiores a las de 2019, y en marzo y abril, aproximadamente 1 de cada 5 niños que recibieron su primera dosis contra el sarampión en Texas la habían recibido antes de cumplir un año.

Pero a medida que se ha ralentizado el ritmo de nuevos casos asociados al brote del oeste de Texas, los casos han seguido acumulándose en todo el país. Se han producido al menos 27 brotes en total —definidos como tres o más casos relacionados— y al menos 38 estados han notificado al menos un caso este año.

Los casos aumentaron rápidamente en Colorado el mes pasado cuando un viajero de otro estado voló mientras era contagioso, lo que provocó múltiples casos entre los pasajeros del mismo avión y otros entre las personas que se encontraban en el aeropuerto al mismo tiempo, así como una propagación más amplia en la comunidad a partir de esos casos.

Otros casos entre los residentes de Colorado se relacionaron con viajes a Chihuahua, México, donde también hay un gran brote concentrado entre la población menonita local. Hay otro gran brote en Ontario, Canadá, que se relacionó con varios casos en Michigan. Al menos una persona ha muerto de sarampión este año en Canadá, y ha habido nueve muertes en México.

En abril, México emitió una advertencia para las personas que viajan a Estados Unidos y Canadá debido a las altas tasas de casos de sarampión. Los CDC también han reforzado sus recomendaciones para los viajeros, aconsejando que cualquier persona que viaje al extranjero se vacune con dos dosis de la vacuna triple vírica.

La gran mayoría de los casos registrados este año en Estados Unidos se han dado en personas no vacunadas; solo alrededor del 8 % de los casos confirmados se han dado en personas que habían recibido una o dos dosis de la vacuna triple vírica, según los CDC. Al menos 155 personas con sarampión, aproximadamente 1 de cada 8 casos, han sido hospitalizadas este año, según datos de los CDC, y el 28 % de los casos se han dado en niños menores de 5 años.

La vacuna triple vírica es segura y extremadamente eficaz (una dosis tiene una eficacia del 93 % contra el sarampión y dos dosis tienen una eficacia del 97 %), pero el sarampión es una de las enfermedades más transmisibles del mundo.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EE.UU. se ha fijado el objetivo de que al menos el 95 % de los niños de preescolar hayan recibido dos dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), umbral necesario para ayudar a prevenir brotes de esta enfermedad altamente contagiosa. Estados Unidos lleva cuatro años consecutivos sin alcanzar ese umbral.

Según los datos publicados por los CDC en octubre, un porcentaje récord de niños de preescolar en EE.UU. obtuvo una exención de las vacunas obligatorias en el curso escolar 2023-24, lo que dejó a más de 125.000 nuevos escolares sin cobertura para al menos una de las vacunas exigidas por el estado.

Cuando el número de casos de sarampión alcanzó su récord anterior en 2019, bajo la primera administración Trump, tanto el secretario del HHS como el director de los CDC en ese momento emitieron declaraciones en las que destacaban la seguridad y la eficacia de la vacuna MMR y animaban a los estadounidenses a vacunarse.

Sin embargo, los CDC siguen sin tener director, y el secretario del HHS, Robert F. Kennedy Jr., tiene una larga y complicada historia con las vacunas contra el sarampión.

En abril, cuando se habían registrado unos 600 casos de sarampión en Estados Unidos, Kennedy hizo su respaldo más firme hasta la fecha a la vacunación, pero esto contrastaba claramente con sus años de trabajo en contra de las vacunas contra el sarampión. Y el mes pasado, Kennedy destituyó a un panel de expertos asesores en materia de vacunas que históricamente ha orientado las recomendaciones del gobierno federal en este ámbito, una medida que preocupó a los funcionarios de salud pública de todo el país.

“Con un brote de sarampión en curso y la disminución de las tasas de vacunación infantil rutinaria, esta medida alimentará aún más la propagación de enfermedades prevenibles mediante vacunas”, afirmó en ese momento el Dr. Bruce A. Scott, presidente de la Asociación Médica Estadounidense, en un comunicado.

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